sábado, 5 de septiembre de 2015

Herramientas tecnológicas en un centro de quimioterapia ambulatoria y cuidado avanzado de enfermería

 
Para la atención de pacientes en la unidad de quimioterapia ambulatoria, se dispone de una serie de herramientas tecnológicas diseñadas específicamente para la atención de este tipo de pacientes, las cuales son de gran utilidad para las enfermeras, a través de su correcta utilización. Algunas de las herramientas tecnológicas observadas en esta unidad son las bombas de infusión continua (BIC) para la administración controlada de drogas antineoplásicas; catéteres con reservorio venosos subcutáneos (RVS) diseñados para obtener un acceso venoso confiable en tratamientos de quimioterapia prolongada; los protocolos de administración de drogas antineoplásicas, que indican el tiempo, tipo de droga y dosis a administrar; los registros que se utilizan en cada paciente creados con el fin de tener información oportuna en cuanto al tratamiento que se está administrando, la hora y los efectos adversos presentados.

Emerson Merhy, médico y académico brasileño, estableció una propuesta, basado en las tecnologías disponibles por los profesionales de salud, para realizar una adecuada atención de salud hacia sus pacientes. Estableció que al atenderlos, el profesional debía tener presente tres tipos de maletines: uno vinculado a sus manos, que se refiere a la utilización de tecnologías duras, es decir, todo lo instrumental, material, objetos, etc.; otro maletín mental, el de las tecnologías blandas-duras, referidas al conocimiento; y el tercer maletín de las relaciones, que se vincula a las relaciones entre el trabajador y el usuario, las tecnologías blandas5,6. Si aplicamos este modelo de Merhy a la unidad de quimioterapia observada, se podría decir que la utilización de tecnologías duras en la unidad, es apropiada en su contexto, ya que se utilizan las tecnologías adecuadas: drogas de última generación, insumos suficientes, tecnología de avanzada y las enfermeras del centro, las conocen y manejan correctamente de acuerdo a protocolos para brindar una atención segura a sus usuarios. Dentro de las tecnologías blandas-duras, fue posible observar la utilización de conocimiento especializado y técnico asociado a oncología, pero no se hizo referencia a un marco teórico conceptual que guiara el quehacer específico de enfermería. En relación a las tecnologías blandas, fue posible observar un trato atento y cortés hacia los pacientes, pero no necesariamente basado en un saber o con una intensión de realizar una intervención consiente frente a necesidades particulares de cada paciente.
De todas las tecnologías duras que se utilizan en la unidad de quimioterapia, se decide centrar la atención en los catéteres RVS, ya que son una herramienta tecnológica específica que utiliza continuamente la enfermera en esta unidad y le permite una proximidad al paciente al realizar sus cuidados. A partir de una breve descripción de esta tecnología, se hará una propuesta de cómo tratar de incorporar el uso de esta tecnología a un cuidado avanzado por la enfermera, dentro de las múltiples funciones que ella realiza.
Los catéteres RVS son un sistema implantable que consta de dos componentes: el portal o reservorio, el cual tiene un septum de silicona autosellante accesible por medio de una punción percutánea, y el catéter radiopaco7,8. Estos dispositivos proporcionan un acceso sencillo, seguro y permanente al sistema vascular para la realización de tratamientos endovenosos prolongados y ofrecen la posibilidad de múltiples y frecuentes punciones a largo plazo, así como la extracción de sangre de una manera menos cruenta. Estéticamente son bien aceptados y, además de mejorar la calidad de vida de los pacientes, no se compromete la realización de sus actividades cotidianas dada la posibilidad de uso ambulatorio8. En la práctica, se ha visto que la capacitación de las enfermeras especialistas en relación a los cuidados de estos dispositivos ha permitido maximizar su utilización y reducir el riesgo de complicaciones7. También se afirma que el catéter de RVS proporciona una mejor calidad de vida al paciente, ya que reduce el número de hospitalizaciones y permite ofrecer una vía de tratamiento más cómoda8. Otros factores, asociados a una mejor calidad de vida, se relacionan con que se evita venopunciones frecuentes a los pacientes, es de fácil manejo domiciliario y le permite a la persona disfrutar de la libertad de su higiene personal y practicar cualquier tipo de actividad (inclusive deportiva), lo que le beneficia psicológicamente 7,10.

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